Embarazo Adolescente

Adolescente-embarazada

 

La Adolescencia

La adolescencia es el paso de la infancia a la edad adulta.

Presenta dos momentos:

La pubertad, período en el que se da la maduración biológica reproductora.

La adolescencia, período que hace referencia a la maduración de las otras esferas de la persona, intelectiva, social, afectiva, etc. Ambas van en paralelo, pero se inicia y termina antes la pubertad.

Cambios sexuales en la adolescencia

La edad media de la pubertad en las chicas está en torno a los 13 años, cuando aparece la primera regla (menarquia), y en los 14 años en los chicos, cuando se da la primera eyaculación.

Hay distintos factores que influyen en el adelanto o retraso de la madurez sexual:

a) El clima: Se adelanta con el clima más cálido. En España la edad media de la menarquia es de 13 años y medio. Es más precoz en Andalucía y Canarias. En los trópicos puede adelantarse hasta los 10 u 11 años. En las zonas árticas se puede retrasar hasta los 17 o 18 años.

b) El sexo: Las niñas maduran antes que los niños. Les llevan casi dos años de ventaja en la maduración ósea, las chicas a los chicos.

c) La herencia y entorno: Hay una correlación entre la edad de menarquia de la madre y la de la hija. El entorno urbano adelanta la menarquia.

Hay otros caracteres que indican la maduración:

- Aparición del vello púbico

- Aparición de las llamadas "muelas del juicio"

- Ensanchamiento de la región pelviana (en las chicas). Un poco después empiezan a crecer los pechos

- La fertilidad empieza uno o dos años después de la menarquia.


Cambios físicos en la adolescencia

1.- Se da un crecimiento rápido, "el estirón": Las chicas empiezan su "estirón" hacia los 11 años, alcanza su cenit a los 12, y hacia los 14 se va ralentizando.Los chicos suelen empezar a los 13 y se acelera entre los 14 y 15.

2.- El aspecto físico o imagen corporal tiene mucha importancia en la adolescencia. Es un periodo en el que se dan cambios físicos muy grandes, lo que requiere un tiempo de adaptación y reconocimiento de sí mismo por parte del adolescente.

3.- Cambios corporales externos: La altura llega a su límite en torno a los 19 años en las chicas, y un año más tarde en los chicos.

Al principio de la adolescencia se da bastante desproporción entre las distintas partes del cuerpo, y algunos adolescentes se ven a sí mismos como "espantapájaros". Poco a poco se va adquiriendo proporción. El tronco se ensancha y se alarga, mientras que las extremidades paran su crecimiento.

4.- Cambios corporales internos. Cambios en el sistema circulatorio -a los 18 años el corazón es 12 veces más grande que en el momento del nacimiento. El sistema respiratorio, los pulmones llegan su máximo desarrollo a los 17 años; en los chicos algo más tarde. Algo parecido ocurre con los demás sistemas orgánicos.

Cambios psicológicos en la adolescencia

Cambios psicológicos

a) Inestabilidad afectiva y fluctuación en la imagen de sí mismo. Se da gran variación en los estados de ánimo sin que medien circunstancias que pudieranexplicarlo. Unos días están pletóricos de ánimo y otros días caen en el desánimo.

b) Inseguridad. El adolescente se encuentra en tierra de nadie, pues ha abandonado el "papel" de niño y no ha alcanzado el de "adulto". En las sociedades primitivas este paso se realizaba a través de "ritos de iniciación".

La desproporción entre las metas que se persiguen y los recursos y experiencias necesarias para lograrlas hace surgir la desmoralización y la sensación de fracaso.

La reacción ante las dificultades y el sentimiento de inseguridad que tienen les lleva a mostrar una actitud de autoafirmación (a veces llevando la contraria a los padres por sistema), además de adoptar formas de rebeldía, que se interpretan como mecanismos de defensa de una personalidad todavía inmadura y amenazada.

c) Descubrimiento de la intimidad y tendencia a la introspección. En la adolescencia se descubre que uno es diferente, y se tiene además gran tendencia a acentuar esa diferencia. Se da así una búsqueda de una conducta original.

Descubre su mundo interior. Y surge la tendencia a aislarse del mundo que le rodea, a recrearse en ensoñaciones, en un mundo ideal propio al margen de la realidad. Un mundo interior que protege encerrándome en sí mismo.

d) Debilidad en la voluntad. Cuesta hacer las cosas, siente un cierto abatimiento ante las dificultades de la vida ordinaria. Se dedica con entusiasmo a lo que está dentro de sus intereses personales, no escatimando esfuerzo para ello, pero no así "con lo que tengo que hacer porque lo dicen mis padres".

Quiere conseguir las cosas ya, aquí y ahora. Tiende a lo inmediato y fácil, y le falta perseverancia para terminar lo que comienza.

Cambios en la inteligencia

1.- Inicio de la capacidad de abstracción de la inteligencia, lo que le permitirá poder "elevarse" por encima de lo que muestran los sentidos y llegar a conclusiones más generales, elaborando sus propias teorías.

2.- Influencia de la imaginación y los afectos en la inteligencia. El pensamiento está teñido por los sentimientos. Pone mucha carga afectiva en lo que piensa y dice. Por eso es muy radical en sus juicios y dogmático en sus afirmaciones. Le falta capacidad de matización: para él todo es blanco o negro, sin posturas intermedias.

3.-Período en el que se plantean las grandes interrogantes de la vida: ¿Quién soy?, ¿qué sentido tiene la vida?... Es un período crítico con la realidad social que le rodea, no se encuentra a gusto con ella, y quiere cambiarla de manera radical.

Cambios en la conducta social

1.- Tendencia a la conducta gregaria. Se adoptan señales, distintivos, normas del grupo, y una determinada jerga, que satisfacen en el adolescente las necesidades de pertenencia y afiliación.

Se traslada la dependencia de la familia, a la dependencia al grupo. Al incorporarse al grupo, incrementa su capacidad de acción: junto al grupo puede realizar cosas que serían imposibles para él solo.

2.- Necesidad de aceptación por sus iguales. El impulso que siente de evadirse del hogar le lleva al círculo de los amigos, la pandilla, en ella busca:

  • Eludir la fiscalización del hogar
  • Evitar que le traten como a un niño
  • Necesidad de autoafirmarse y de que le acepten y le comprendan

3.- Hipersensibilidad al ridículo. Necesita de la seguridad de ser acogido en el grupo y no encontrarse con actitudes recelosas.

4.- Necesidad de la amistad. Busca un estrechamiento de los lazos de amistad, que muchas permanecen en la vida adulta. Se necesita del "amigo íntimo", a quien se pueda manifestar todo lo que siente y quiere. Pocas personas serán las que tengan esta consideración.

5.- Surgimiento de las pandillas. Se entiende por pandilla grupos pequeños que posibilitan el contacto entre sus miembros y regulan las relaciones cotidianas. La banda, consta casi siempre de varias pandillas, su misión suele ser la de organizar fiestas, reuniones..., lo que hace posible una integración entre los sexos.

Embarazo adolescente...Ser papá antes de tiempo

Todo padre adolescente debe afrontar decisiones tan importantes como casarse, convivir con su pareja, dejar sus estudios y buscar trabajo en algunos casos, lo que sin duda trae consecuencias no sólo para él y su familia de origen, sino para su pareja y su hijo también.

"Quedé helado y me puse pálido... ¿qué voy a hacer?, me pregunté?, Cristián, 19 años.

Me dio susto, no sé, miedo. Sentí que no estaba preparado para tener hijos, y todavía creo que no?, Sebastián, 18 años.

Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, ¿qué iba a hacer? ¿qué dirían los papás de ella??, José Luis, 19 años.

Me sentí entre contento y preocupado por no saber qué hacer?, Patricio, 18 años.

Los testimonios de Cristián, Sebastián, José Luis y Patricio fueron recogidos por un equipo del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescentes (CEMERA), una unidad académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile que tiene como misión mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen en el ámbito de salud reproductiva para adolescentes en Chile y Latinoamérica.

Una de las profesionales que participó en este estudio cualitativo, la asistente social Electra González, conversó sobre su experiencia atendiendo a adolescentes con la esperanza de evitar muchas veces el embarazo precoz.

Las reacciones que ellos tienen al conocer la noticia pueden ser muy variadas. A la mayoría les cuesta aceptar su nuevo rol; se sienten presionados por las familias y la sociedad, y muchos nunca lo aceptan.

Este es un paso nada fácil para jóvenes que recién fueron niños. Según la especialista, enfrentar a las familias es tal vez uno de los problemas más importantes.

Cristián de 19 años cuenta cómo fue ese momento. "Nosotros pensábamos cuándo les íbamos a decir, pero al final se dieron cuenta... Nos sentamos cara a cara y le dije: me voy a poner las pilas y no la voy a dejar atrás, no la voy a abandonar. Me dijo, ya, ningún problema".

Las reacciones de la familia también son impredecibles, como lo cuenta Eduardo. "Todos me quedaron mirando así como queriendo pegarme un combo. El papá de ella se fue a llorar, el hermano igual y todos lloraron, después se hicieron a la idea y ahora están todos chochos".

O el caso de Francisco de 19 años, "el papá de ella se enojó más porque yo no le dije, porque fue el último en saber. Yo le dije que en ningún momento la iba a dejar sola, que al niño yo lo iba a reconocer y hasta ahora he hecho todo lo posible por hacer eso".


La masculinidad en estudio

Pasando el primer impacto, todo padre adolescente debe afrontar decisiones tan importantes como casarse, convivir con su pareja, dejar sus estudios y buscar trabajo en algunos casos, lo que sin duda trae consecuencias no sólo para él y su familia de origen, sino para su pareja y su hijo también.

Muchos se quedan en el camino sufriendo grandes presiones, pero sin poder superarlas.

Actualmente ha surgido una preocupación por estudiar qué lleva a los hombres adolescentes a "embarazarse" y cómo reaccionan frente al tema. La mayoría de las veces se lo describe como "ruin, irresponsable, que prueba sus proezas sexuales sin pensar en las consecuencias".

Lo cierto es que la fisiología reproductiva masculina ha sido menos estudiada y comprendida que la femenina, ofreciendo pocas posibilidades de controlar la cadena de eventos reproductivos, lo que ha hecho que el hombre tenga menos conciencia de su función reproductiva y asuma menos responsabilidades.

A esta conclusión llegó un estudio realizado sobre sexualidad en adolescentes escolarizados en Buenos Aires, Argentina, por el Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas de la Universidad de esa ciudad.

Muchos de esos hombres han recibido el modelo de un padre alejado, en algunos casos ausente, sólo observador y marginado de la interacción con los hijos, alejándose así también de los aspectos tradicionalmente más femeninos como la sensibilidad y la ternura.

Sin embargo, la especialista Electra González explica que los progenitores adolescentes pueden ser afectados de manera importante por la situación de paternidad, aun en aquellos casos en que intentan evadir su responsabilidad. "Esta evasión puede ocurrir por miedo a asumir la paternidad inesperada, por un deseo expreso de no querer asumirla, o por no sentir compromiso afectivo importante con su pareja adolescente", indica.

Según las investigaciones de CEMERA, en el estrato social bajo los hombres adolescentes fracasan en completar su enseñanza media entrando en el mundo adulto con pocas o ninguna destreza laboral. La creencia está en que un estudiante adolescente que ha embarazado a su polola debe buscar un trabajo, ya que su propio sentido de la responsabilidad le indica que esto demuestra ser buen padre.

Así caen en una trampa porque al no terminar su educación van derecho a trabajos mal pagados, mal calificados y con casi nulas posibilidades de superación laboral. Les queda entonces enfrentar un futuro de dependencia o de fracaso, que los lleva a desertar de su rol de padre.

Asumir la paternidad

Pero también hay jóvenes que sí sienten responsabilidad, y que quieren participar en el desarrollo del embarazo y luego como padres activos. Se sienten comprometidos en el apoyo afectivo y económico de su pareja e hijo.

Sin embargo, la forma de asumir esta paternidad estará influida por su situación socioeconómica, cultural y familiar, y por las oportunidades que tenga en el aspecto educacional y laboral, así como también del grado de afecto que lo una con la madre de su hijo. Pero también es importante el enfrentamiento con la familia propia y de ella. De esto también depende el éxito o el fracaso de la paternidad.

Un estudio estadounidense publicado en 1997 por el Journal of Adolescent Health, identificó varios obstáculos que dificultan el vínculo con el hijo: la falta de dinero del joven, su desconocimiento sobre la crianza y la escasez de instituciones o redes de apoyo emocional que incentiven su participación como padre.

Electra González es enfática en asegurar que los jóvenes que enfrentan una paternidad temprana deberían recibir un apoyo efectivo y no discriminatorio, "tanto de los profesionales de salud como del sector educación, teniendo claro que ellos tienen también muchas dificultades para enfrentar esta paternidad, que en la mayoría de los casos es inesperada, que no se están preparados, que con frecuencia enfrentan la reacción negativa de la familia de su pareja y la de sus propios padres".

El apoyo psicológico es importante también, tanto en la etapa del embarazo como cuando se enfrentan al ejercicio de ser padres. "Si la adolescente no está preparada para ser madre, menos lo estará el hombre adolescente para ser padre, especialmente porque en la cultura en que se da la maternidad adolescente, es muy común que los hombres se desliguen de su papel y los hijos pasen a ser criados por mujeres madres o abuelas", agrega la especialista.

Esta exclusión del varón provoca en él sentimientos de aislamiento, agravados por juicios descalificatorios por parte de su familia o amistades como ¿con qué lo vas a mantener, ?seguro que no es tuyo? o "no es la primera que queda embarazada", que precipitarán su aislamiento si es que habían dudas.

La familia debe hacer un esfuerzo en apoyarlo. Algunos psicólogos recomiendan no presionar al joven para ser proveedor solamente. Lo más importante es generar el espacio y el ambiente para que ese nuevo padre se conecte afectivamente con su hijo ya que quiéralo o no, su rol ha cambiado en el mundo: ahora es padre.



Derechos de las Adolescentes Embarazadas

A ingresar y permanecer en los colegios (enseñana básica o media), con las facilidades académicas que le deben otorgar los establecimientos en que estén educándose.

  • Los mismos derechos que otros estudiantes en relación a su ingreso o permanencia en los colegios, no pudiendo ser discriminadas de ninguna forma, en especial mediante cambio de establecimiento o expulsión, cancelación de matrícula, negación de matrícula, suspensión u otro similar.
  • El embarazo o maternidad de una alumna no puede ser argumento para cambios de jornada o a curso paralelo, salvo que ésta exprese su deseo de hacerlo, lo cual debe estar por escrito en un certificado redactado por un profesional competente.
  • Las autoridades y el personal de los colegios deberán tener respeto por la situación de embarazo o maternidad de las alumnas.
  • La dirección del colegio deberá otorgar las facilidades necesarias para que las alumnas asistan a sus controles médicos prenatales y post natales, así como a los que requiera su hijo/a.
  • En caso que el uniforme sea obligatorio, la alumna en situación de embarazo tiene derecho a adaptarlo a sus necesidades.
  • El reglamento del seguro escolar, será aplicable a las alumnas en situación de embarazo o maternidad.
  • Las alumnas tienen derecho a participar en todas las organizaciones estudiantiles, así como en las ceremonias donde participen los otros alumnos y alumnas. Asimismo, podrán participar en todas las actividades extraprogramáticas realizadas al interior o exterior del colegio, con las excepciones derivadas de indicación médica.
  • Las alumnas embarazadas deberán asistir a la clase de Educación Física en forma regular, pudiendo ser evaluadas de forma diferencial o ser eximidas en los casos que por razones de salud así proceda. Las alumnas que hayan sido madres estarán eximidas de Educación Física hasta el término del puerpuerio. Asimismo, en casos calificados podrán ser eximidas por recomendación de su médico tratante.
  • Las alumnas en estado de embarazo o maternidad serán sometidas a los procedimientos de evaluación establecidos por el colegio, sin perjuicio que los docentes directivos les otorguen facilidades académicas y un calendario flexible que resguarde su derecho a la educación. Podrán brindarles apoyo pedagógico especial mediante un sistema de tutorías realizadas por los docentes y en los que podrán cooperar sus compañeros de clases.
  • En el caso de los liceos técnicos, los docentes directivos deberán cautelar que las alumnas embarazadas o madres, no sean expuestas a materiales nocivos u otras situaciones de riesgos para su embarazo o lactancia, otorgándoles las facilidades pertinentes que permitan desarrollar el currículo, planificando actividades que respondan al perfil de egreso.
  • Los colegios no exigirán el 85 por ciento de asistencia cuando las inasistencias tengan como causa directa enfermedades del hijo menor de un año, control de embarazo, del post parto, control del niño sano, pediátrico u otros similares que determine el médico tratante. En caso que la asistencia del año sea menor al 50 por ciento, el director decidirá, pudiendo la alumna apelar ante el Secretario Regional Ministerial de Educación respectivo.
  • Los colegios deberán otorgar también todas las facilidades para compatibilizar su condición de estudiantes y de madres durante el período de lactancia.

Decreto Nº 79 del Ministerio de Educación de Chile.

Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza Nº 18.962 .


RIESGOS OBSTETRICOS EN EL EMBARAZO ADOLESCENTE:

ESTUDIO COMPARATIVO DE RESULTADOS OBSTETRICOS
Y PERINATALES CON PACIENTES EMBARAZADAS ADULTAS

Drs. Angélica Díaz, Pablo Sanhueza R, Sra. Nicole Yaksic B.

Departamento y Servicio de Obstetricia y Ginecología, Hospital Salvador, Universidad de Chile


Se presenta un estudio retrospectivo y comparativo, a través de una muestra obtenida en forma aleatoria, de la evolución materna y resultados obstétricos de las pacientes adolescentes embarazadas atendidas en el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Salvador, en comparación con un grupo control obtenido en el mismo Servicio y período de estudio. Se analizan diversas variables, y se hace una completa revisión del tema en base a la literatura nacional y extranjera.

INTRODUCCION

El embarazo adolescente es aquella condición de gestación que ocurre en la edad de la adolescencia, que comprende mujeres de hasta 19 años de edad, independiente de la edad ginecológica. Es una condición que mundialmente se encuentra en aumento principalmente en edades más precoces, debido a que cada vez con más frecuencia, la proporción de adolescentes sexualmente activas es mayor, dado fundamentalmente por el inicio precoz de la actividad sexual.

El embarazo adolescente se ha convertido en un problema de salud pública importante, debido a que básicamente son las condiciones socioculturales las que han determinado un aumento considerable en su prevalencia, aconteciendo con mayor frecuencia en sectores socioeconómicos más disminuidos, aunque se presenta en todos los estratos económicos de la sociedad.

Se estima que en los países en desarrollo aproximadamente el 20% a 60% de los embarazos son no deseados, y que los adolescentes generalmente tienen escasa información sobre el correcto uso de medidas anticonceptivas y sobre la fertilidad.

Las pacientes adolescentes embarazadas sufren posteriormente problemas de tipo socioeconómicos, determinados por una menor educación, mayor dificultad para conseguir empleo, generalmente el abandono de su pareja y finalmente mayor pobreza en la población.

En este último punto es interesante destacar que el nivel de escolaridad es inferior al de la población general, con elevados índices de deserción escolar pre y postgestacional. En un estudio nacional se determinó que el 47% de las adolescentes estudiaban al momento de la concepción, cifra que disminuyó posteriormente al 8%.

La incidencia de embarazos adolescentes varía dependiendo de la región y del grado de desarrollo del país estudiado. En Estados Unidos, anualmente cerca de un millón de embarazos corresponden a madres adolescentes, constituyendo un 12,8% del total de embarazos.

En países menos desarrollados, la proporción de embarazos adolescentes es de aproximadamente 15,2% en Chile, y del 25% en el caso de El Salvador, Centroamérica, pudiendo llegar a cifras tan elevadas como del 45% del total de embarazos en algunos países africanos. La última estadística presentada por el Ministerio de Salud de Chile informa que durante el año 1999 hubo un total de 250.674 partos, de los cuales 40.439 fueron en pacientes menores de 20 años, lo que corresponde a un 16,1% del total.

Es interesante destacar que la prevalencia varía incluso entre los diferentes servicios de salud de nuestro país.

Con respecto a la edad de las adolescentes embarazadas existen estudios que evidencian diferencias significativas en la evolución del embarazo entre las pacientes menores de 16 años y las de 16 años y más.

Stain y cols., demostró que el riesgo obstétrico en las adolescentes mayores (entre 16 y 19 años) estaba asociado con factores sociales como pobreza más que con la simple edad materna.

En contraste, en las pacientes menores de 16 años, los resultados obstétricos y perinatales son dependientes de la edad materna por sí misma.

Algunos autores concluyen que las pacientes adolescentes embarazadas que reciben un adecuado control perinatal no presentarían mayor riesgo obstétrico que una embarazada adulta de similar nivel socioeconómico.

Posibilidad de parto prematuro en las pacientes adolescentes

Numerosas investigaciones en adolescentes embarazadas demuestran que una de las complicaciones obstétricas más frecuentes es el desarrollo de síndrome hipertensivo del embarazo, siendo las frecuencias reportadas de 22,4% a cerca de 29% . Sin embargo, una serie de recientes estudios han demostrado que la incidencia de preeclampsia es similar en las pacientes adolescentes que en las adultas.

Bajo el mismo concepto anterior, podríamos inferir que la posibilidad de parto prematuro en las pacientes adolescentes estaría más bien relacionado con factores como el bajo nivel socioeconómico más que la adolescencia por sí misma; sin embargo, una serie de estudios realizados en poblaciones de similares características, demuestran que el riesgo de parto prematuro es mayor en las pacientes adolescentes embarazadas.

Otras investigaciones han determinado que el riesgo de parto prematuro en las pacientes adolescentes es mayor mientras menor es la edad de la paciente, siendo el grupo de verdadero riesgo las adolescentes que se encuentran entre los 10 y los 15 años, no existiendo diferencias en el grupo entre 16 y 19 años con respecto a las pacientes adultas.

En este mismo sentido, la edad gestacional del parto prematuro está en relación a la edad materna, existiendo mayor riesgo de partos prematuros de menor edad gestacional a menor edad materna. En este mismo contexto, algunos estudios destacan que existe una frecuencia mayor de rotura prematura de membranas en la paciente adolescente, encontrándose cifras que van desde aproximadamente el 7% al 17%.

Con respecto al peso de los recién nacidos de madres adolescentes, en la mayoría de los estudios se encuentra una frecuencia mayor de recién nacidos de bajo peso de nacimiento, pareciendo ser el principal riesgo del recién nacido de madre adolescente, con cifras de aproximadamente el 18%.

El bajo peso de nacimiento está dado tanto por la condición de prematuro, como por el nacimiento de recién nacidos pequeños para la edad gestacional. En este sentido es interesante destacar que numerosas publicaciones sobre embarazo adolescente revelan una frecuencia mayor de recién nacidos pequeños para la edad gestacional con respecto al grupo de las madres adultas.

Si bien la mayoría de los estudios demuestran una frecuencia aumentada, este aumento no siempre es estadísticamente significativo.

La frecuencia de anemia e infección del tracto urinario reportada en la mayor parte de las publicaciones es alta en las pacientes adolescentes embarazadas, con cifras que llegan a cerca del 22% y 23% respectivamente, y esta diferencia es estadísticamente significativa con respecto a los grupos controles.

Cuando la anemia es severa, se ha relacionado con otros factores de riesgo de la madre adolescente, demostrándose que su presencia estaría vinculada con parto prematuro y recién nacidos de bajo peso de nacimiento.

En lo que respecta a las patologías del parto, se señala que mientras más joven es la adolescente, mayores son las alteraciones que pueden ocurrir en relación al parto.

Esto es debido principalmente a una falta de desarrollo de la pelvis materna, lo que condicionaría una mayor incidencia de desproporción cefalopélvica, constituyendo esto, una causa importante de trabajos de parto prolongados y partos operatorios, tanto fórceps como cesáreas.

Otros estudios, sin embargo, han encontrado una menor incidencia de partos operatorios en las adolescentes con respecto a las mujeres adultas. Además de la desproporción cefalopélvica, las adolescentes embarazadas tienen mayor riesgo de culminar su parto con laceraciones del cuello uterino, vagina, vulva y periné.

Esta complicación está dada principalmente por la condición de inmadurez de estas jóvenes, manifestándose en una estrechez de canal blanco.

Como se ha mencionado anteriormente, la existencia de desproporción cefalopélvica en la adolescente embarazada muchas veces determina el desarrollo de un trabajo de parto prolongado y expulsivos laboriosos, lo cual podría influir en la condición inmediata del recién nacido.

Sin embargo, algunos estudios revelan altas cifras de recién nacidos con puntaje de Apgar mayor de 7 a los cinco minutos, lo cual implica una baja proporción de depresión respiratoria y asfixia al nacer en hijos de madres adolescentes.

Una patología que frecuentemente es posible encontrar en las embarazadas es la diabetes gestacional. Investigaciones realizadas en adolescentes demuestran que la incidencia de esta patología es baja en este grupo de edad, siendo más frecuente en las embarazadas adultas.

Una vez comparadas las variables biológicas que condicionarían un mayor riesgo en los embarazos adolescentes, al analizar las variables psicosociales, numerosos estudios han concluido que la evolución de este, está influenciado por un problema psicosocial más que un riesgo biológico verdadero.

Se ha demostrado que implementando programas de control destinados especialmente para las adolescentes embarazadas, se mejoran los resultados maternos y perinatales de éstas, no presentando mayor riesgo en cuanto a resultados obstétricos respecto a las mujeres adultas embarazadas. En este mismo sentido, la mayoría de los autores concuerdan en que se debe mejorar el ambiente social de los adolescentes si se pretende prevenir el embarazo, lo que debe ser promovido por los sistemas de salud a nivel de la población .


Cómo decir que esperas un bebé

¿Cómo he podido embarazarme?, te preguntarás una y otra vez. Eso no importa: el hecho es que sospechas que estás embarazada, y tan sólo la idea de tener que contárselo a tus padres y a tu novio te tiene super nerviosa.

En primer lugar, respira profundo y tranquilízate, porque de nada servirá desesperarte ni desear que todo se solucione como por arte de magia sin que tengas que hacer nada. Seguramente ya te habrás dado cuenta de que hay momentos en la vida en que tenemos que enfrentar la realidad cara a cara y sacar fuerzas para salir adelante (aunque muchas veces nos parezca que no hay solución posible).

Los expertos de BabyCenter nos han ayudado a preparar las siguientes sugerencias para que vivas este momento de la forma más sana y equilibrada posible. De esta manera, si vas a tener un bebé, será recibido con mucha alegría por las personas que te rodean, aunque en un primer momento la noticia de tu embarazo sea un gran susto.

1. Lo primero que debes hacer: confirmar tu embarazo

¿Para qué te vas a preocupar y ponerte nerviosa sin estar segura? Si se te ha retrasado la menstruación y crees que tienes algunos síntomas de embarazo, no pierdas tiempo y compra una prueba de embarazo en el supermercado o farmacia para salir de dudas...

Tú misma puedes hacerte la prueba en casa con una muestra de tu orina, y el resultado es inmediato y bastante preciso. Tendrás que esperar unos 15 días después de haber tenido relaciones sexuales sin protección para poder hacértela. Si el resultado es positivo, no hay duda de que estás embarazada. Si es negativo, lo más probable es que no lo estés; pero si pasan los días y el periodo no llega, tal vez tengas que repetir la prueba o ir al médico para que te hagan un análisis de sangre que confirmará el embarazo con más seguridad.

2. Comparte la responsabilidad con el papá del bebé

Una vez hayas confirmado tu embarazo, es hora de contárselo a tu novio, pareja, amigo o quienquiera que sea el papá del bebé (si no estás segura, lee nuestro artículo sobre cómo saber quién es el papá del bebé). Lo ideal es que ya se lo hubieras dicho, incluso antes de estar segura.

Recuerda que los dos han hecho juntos a esta criatura, y el embarazo es la responsabilidad de ambos. Aunque te hayas quedado embarazada sin que uno de los dos lo quisiera (o ninguno de los dos), la realidad es que el bebé ya está ahí, empezando a desarrollarse en tu vientre.

Es importante que incluyas a tu pareja en las decisiones y preocupaciones relacionadas con el embarazo desde el principio, porque al hacerlo te sentirás más fuerte. Además, si estás embarazada, tu novio querrá saberlo, y puede que también quiera ayudarte. No cargues tú sola con esta noticia, ni tampoco pidas la opinión a todas tus amigas antes de hablar con tu novio. Demasiados consejos podrían confundirte aún más.

3. Busca una persona adulta en quien confíes

Si piensas que tus padres reaccionarán muy mal a la noticia de tu embarazo, cuéntaselo primero a una persona adulta en quien confíes mucho (una tía, profesora o profesor, la madre de una amiga, un médico). Como mínimo, te darán su opinión sincera acerca de cómo debes hablar con tus padres.

Sin embargo, no le pidas a esta persona que sirva de mensajero y dé la noticia por ti. Tus padres verían esto como un signo de inmadurez por tu parte y, de todas formas, tarde o temprano tendrás que enfrentarlos.

4. Habla con tus padres

Puedes pedir a esa persona adulta de confianza con quien hablaste que esté presente cuando vayas a hablar con tus padres. Así tendrás a alguien a tu lado, aunque sólo sea para abrazarte y ayudarte a sobrellevar el llanto, y hasta la rabia, de tus papás, que son reacciones comunes en estas situaciones. Pero asegúrate de que seas tú quien les dé la noticia.

Habla sin rodeos; es como tener que tragar una medicina que no te gusta: mejor hacerlo de una vez. Si eres muy jovencita, a tus padres les costará muchísimo escuchar la noticia de tu embarazo y tendrás que comprender que necesiten un tiempo para aceptar el enorme cambio que un bebé provocará en tu vida, y en todos los planes que ellos se habían imaginado para ti.

Es muy mala idea reunir a tu familia y la familia del papá del bebé para darles la noticia a todos al mismo tiempo. Cada cual tiene que hablar con su propia familia, a su manera. ¡Imagínate la confusión que se armaría si estuvieran todos en una misma sala! La reunión podría terminar en acusaciones y un pleito enorme. Más adelante, cuando todos estén más calmados, si lo desean, las dos familias podrán encontrarse para conversar.

Por último, no postergues esa conversación con tus padres. Háblales lo antes posible para que puedas obtener el apoyo que tanto necesitarás, y que sin duda te darán una vez se les haya pasado el susto inicial. No olvides, sin embargo, que con el apoyo de tu familia, o sin él, debes buscar inmediatamente atención médica prenatal. Por ley, tu médico no puede contarles nada a tus padres, y es muy importante que recibas orientación médica, porque un embarazo antes de los 20 años trae algunos riesgos adicionales, tanto para ti como para tu bebé. Además, en cuanto sospeches que estás embarazada, debes empezar a tomar ácido fólico para prevenir ciertos defectos de nacimiento.

https://espanol.babycenter.com/


No sé quién es el padre de mi hijo

Hay diferentes maneras de descubrir quién es el papá

La manera más sencilla y barata es tratar de calcular los días en que pudiste haber quedado embarazada con base a la fecha de tu último periodo menstrual antes del embarazo. Si tienes ciclos muy regulares, hay una alta probabilidad de que el bebé haya sido concebido más o menos dos semanas después del primer día de tu última menstruación o período (éstos serían tus días más fértiles).

Si no sabes con seguridad la fecha de tu último periodo, es más difícil calcular la fecha de concepción del bebé (el día en que quedaste embarazada). Una prueba de ultrasonido realizada durante los tres primeros meses del embarazo podría ayudarte. Hasta esa fecha, los bebés son más o menos del mismo tamaño, por eso los médicos pueden calcular, basándose en las medidas del feto, de cuántas semanas estás.

Nota: tu doctor probablemente te dirá la edad "oficial" de tu embarazo. Entonces tendrás que restarle dos semanas para obtener la fecha probable de la concepción. Por ejemplo, si te dijo que estás embarazada de 8 semanas, le restas 2 semanas y quedan 6. Cuenta entonces 6 semanas hacia atrás en el calendario, a partir de la fecha en que te hicieron la prueba de ultrasonido, y llegarás a la fecha aproximada en que el bebé fue concebido.

También es posible que tu médico te anuncie la fecha prevista del parto en lugar de decirte de cuántas semanas estás. Lo que puedes hacer en ese caso es consultar nuestro calendario del embarazo. Sólo tienes que escribir la fecha de parto que te dio tu médico y te diremos de cuántas semanas estás. También tendrás que restarle dos semanas a ese número, y luego contar hacia atrás en el calendario.

Recuerda que la prueba de ultrasonido sólo te servirá para averiguar la fecha de concepción del bebé si te la hacen hasta la semana 13 ó 14 del embarazo. A partir de ahí, cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y no se puede determinar con exactitud la edad del embarazo.

El único problema de tratar de descubrir quién es el papá a través del método de la fecha de concepción es si tuviste relaciones sexuales con más de un hombre en la misma época. Entonces sería imposible determinar quién es el papá biológico del bebé.

La única manera de saberlo con seguridad sería a través de una prueba de DNA, que tiene una precisión de casi el 100 por ciento. (El departamento de salud de EE.UU recomienda este centro de pruebas de DNA.)

 

Por qué es importante saber quién es el papá

Naturalmente querrás saber quién es el papá de tu bebé, ya sea para contar con su apoyo emocional o financiero, o simplemente para estar segura. Tal vez también consideres importante saber quién es el padre para conocer su historial de salud, y para garantizar los derechos de tu niño en el futuro, como el derecho a sustento de menores, beneficios de seguro social, herencia y otros.

En Estados Unidos, si no estás casada cuando nace tu bebé, el papá del bebé puede reconocer que es su padre biológico, firmando una declaración o reconocimiento voluntario de paternidad en el hospital. Si el papá no firma esta declaración, no puede constar su nombre en el acta de nacimiento del bebé, pero si ambos padres firman este documento antes de salir del hospital, queda automáticamente establecida la paternidad, aunque los padres no estén casados.

En caso de que el papá no esté presente al nacer el bebé, la paternidad se puede establecer más adelante (hasta que el niño cumpla 18 años) en las oficinas de registros vitales u otras oficinas especiales de cada estado.

Recuerda que aunque ahora no estés con el papá de tu bebé, tu niño tiene derecho a saber quién es su padre, y seguramente querrá saberlo en un momento dado. Además, para que más adelante puedas solicitar derecho de manutención del menor (al cual tu niño tiene derecho)´deberás establecer primero la paternidad y, cuanto antes lo hagas más fácil será.

Aunque tu novio no trabaje ahora ni tenga dinero, podrá mantener a su niño cuando empiece a trabajar, y esto ayudará no sólo a tu pequeño sino también a ti. Además, establecer la paternidad estimula una relación personal entre el padre y el niño. Muchos estudios demuestran que el vínculo saludable con el papá favorece el desarrollo de los niños.

https://espanol.babycenter.com

 

Si decides continuar el embarazo, aunque no en todos los países es legal abortar...

Tener y criar a sus bebés es lo que deciden la mayoría de las madres hispanas entre 15 y 19 años en Estados Unidos, cerca del 60 por ciento, según las estadísticas del departamento de salud.

Aunque ésta tal vez sea la opción más natural, ten en cuenta también los siguientes datos estadísticos:

• Los bebés de madres adolescentes tienen mayores probabilidades de vivir en pobreza, tener problemas de salud, sufrir abuso y negligencia, no tener éxito en la escuela y tener también hijos antes de los 20 años.

• Más de la mitad de las madres adolescentes nunca terminan sus estudios de secundaria.

• 8 de cada 10 madres adolescentes no se casan con los papás de sus bebés.

Claro que esto no significa que estos números se aplicarán a ti. Hay muchísimas mamás jóvenes que han tenido éxito en sus vidas, y sus hijos han crecido sanos y felices. Para que tú también lo logres es indispensable que no abandones tus estudios.

Como dice Jeanne Lindsay, educadora y autora de una serie de libros en español para padres adolescentes, "si una joven embarazada cuenta con el apoyo de sus padres y de su escuela, y sólo tiene un bebé, es posible que le vaya muy bien".

Lee nuestro artículo sobre cómo conciliar los estudios y el embarazo. Recuerda que necesitarás tiempo extra para ir a todas tus citas prenatales y descansar, y que también tendrás que cuidar de tu alimentación.

Infórmate en tu escuela, distrito escolar o universidad acerca de tus opciones antes y después de dar a luz. Muchas tienen programas especiales para madres estudiantes que incluyen grupos de mamás, clases de preparación para el parto y cuidado del bebé, y cuentan con guarderías para que puedas seguir estudiando.

Sea cual sea tu decisión, busca el apoyo de tus papás


Según la Dra. Patria Verónica Marín (psicóloga escolar en el City College de Nueva York), que ha trabajado durante años en programas para madres adolescentes, es natural que al enterarse del embarazo de sus hijas los padres se enojen y se decepcionen.

Pero la mayoría con el tiempo lo aceptan y las apoyan mucho, tanto emocional como financieramente. Este apoyo y cariño es algo que sin duda necesitarás para tomar tu decisión y seguir adelante con ella.

¿Y cuál es la mejor forma de darles la noticia? "Simplemente diciéndoselo", aconseja la Dra. Marín: "Estoy embarazada, voy a tener un bebé...", directamente y sin rodeos. "Busca un lugar tranquilo, sin ruidos, música, televisión, y ten una conversación a solas con tu mamá cuando esté de buen humor", agrega.

Otra recomendación de la psicóloga: ¡No esperes! Vas a tener que comunicárselo a tus padres en algún momento, y cuanto antes lo hagas, antes podrás contar con su apoyo.

 

Analiza tu decisión

La adopción es un recurso muy poco utilizado. De hecho, sólo el 1 por ciento de todas las mujeres (de todas las edades y razas) que quedan embarazadas en Estados Unidos hacen planes de adopción para sus hijos al nacer. Entre las jóvenes latinas, el número es aún más bajo.

La adopción puede ser una buena opción si no puedes criar a tu hijo y no quieres tener un aborto, pero dar a un hijo en adopción es una decisión difícil para la mayoría de las madres.

Algunas lo consideran un acto de amor y de gran valentía, pero a otras les preocupa el impacto que la adopción podría tener tanto en sus vidas como en las de sus bebés. Si estás pensando en hacer planes de adopción para tu bebé, el servicio de información del Departamento de Bienestar Infantil de Estados Unidos, Child Welfare Information Gateway, sugiere que antes te preguntes lo siguiente:

• ¿Ya exploré todas mis opciones?

• ¿Ya involucré al papá del bebé en esta decisión? (en la mayoría de los estados es obligatorio informarle).

• ¿Ya involucré a mi familia y a la del papá del bebé? (en algunos estados, si tienes menos de 16 ó 18 años, tienes que obtener el consentimiento de tus padres; además, los abuelos del bebé podrían ayudarte a criarlo).

• ¿Cómo me sentiré dentro de 20 años?

• ¿Por qué estoy dando a mi niño en adopción? (es muy importante que nadie te presione, y que tomes la decisión con calma y con toda la información disponible.)

Si eliges la adopción, es importante que empieces desde temprano a obtener atención prenatal. No sólo sabrás que le has dado un comienzo sano en la vida a tu niño, sino que también estarás cuidando de tu propia salud. Dependiendo de las leyes de tu estado, la organización a través de la cual hagas la adopción podría financiar tus servicios prenatales y ofrecerte alojamiento.

Si decides hacer planes de adopción, busca una agencia de adopción acreditada por el gobierno. Podrás encontrarlas en el Directorio Nacional del Cuidado Temporal y la Adopción.

Asegúrate de que la agencia que elijas trabaje con adopciones abiertas. Este tipo de adopción te permite seleccionar a los padres adoptivos y mantenerte en contacto con ellos y con tu bebé.

"La agencia que elijas también debería ofrecer asesoramiento para las madres antes, durante y después de la adopción", recomienda Ángela Martínez, directora asistente de la agencia de adopción Abrazo, en San Antonio, Texas. Martínez también nos recuerda que, una vez finalizada, "la adopción es permanente y los padres adoptivos tendrán todos los derechos legales como padres del niño".


Criar a tu hijo en casa de los abuelos

En un mundo ideal, saldrías del hospital después de dar a luz e irías directamente a tu propia casa, donde todo estaría preparado para la llegada de tu bebé. Pero en la vida real, muchas veces las mamás jóvenes y primerizas comparten el hogar con sus padres o suegros, donde son a la vez madres e hijas.

¿Será posible la convivencia pacífica en esta situación? Claro que sí, y todos podrían beneficiarse de ella. Sin embargo, para que la relación entre la mamá, el papá (si viven juntos) y los abuelos del bebé no se desgaste, todos tienen que tener un poco de cuidado, además de mucha comprensión y paciencia. Y si en la misma casa también viven los tíos del bebé, ya sean niños, jóvenes o adultos, la situación requiere una dosis aún mayor de paciencia y comprensión.

Pónganse todos de acuerdo

La llegada del bebé cambia completamente la rutina familiar.

El pequeñín llorará y exigirá mucha atención y cuidados especiales, y esto afectará a todos los miembros de la familia de una forma o de otra.

El tío del bebé quizás se quejará de que no logra concentrase en la tarea y que ya no tiene la misma libertad para traer a casa a sus amigos. El abuelo puede llegar cansado del trabajo y no tener paciencia para aguantar el llanto del bebé. La abuela quizás quiera "adoptar" a la criatura como si fuera suya. Todo esto podría ocurrir, por eso es importante que todos estén conscientes de la gran revolución que alguien tan pequeñín puede causar en el hogar.

Lo ideal es que antes de la llegada del bebé hables con tu familia y decidan juntos de qué manera se podría reorganizar el espacio de la casa (dónde dormirá el bebé, si alguien tendría que cambiar de habitación...), quiénes podrán ayudarte y de qué manera podrán hacerlo. Escucha la opinión de cada uno, y no trates de imponer tus necesidades. Seguro que todos querrán colaborar de alguna forma.

¿Me quieren ayudar o se están metiendo en mi vida?

Con diálogo y respeto también lograrás explicar cómo quieres criar a tu bebé y establecer límites para que tus familiares no interfieran demasiado. Claro que los abuelos tendrán mucho que opinar, pero ten presente que lo harán con la mejor intención del mundo.

Imagínate esta situación: tu mamá piensa que es mejor dormir al bebé en brazos, pero a ti te gustaría dejarlo despierto y tranquilo en su cunita para que adquiera hábitos de sueño saludables. Tendrás que explicarle que deseas que siga tus instrucciones porque, a fin de cuentas, tú eres la mamá del bebé.

Al mismo tiempo, tendrás que escuchar las sugerencias de tus familiares con paciencia. La maternidad es algo nuevo para ti y, como dice la terapeuta familiar licenciada Lisette Beraja, de Miami, Florida, "Es como ir al colegio; estás aprendiendo una materia nueva y no puedes decir 'bueno, la voy a estudiar sola', porque necesitas la ayuda del maestro". Lo mismo pasa cuando la ayuda viene de tus padres.

Muchas veces sus opiniones serán acertadas y te ayudarán mucho, sobre todo porque no siempre sabrás qué hacer, como por ejemplo si tu mamá quiere ayudarte con el primer baño del bebé.

Recuerda que la intención de tu mamá o suegra es buena y acepta lo que ella dice como una sugerencia y no como una orden. Pero si no estás de acuerdo, explica que prefieres hacer las cosas de otra manera.

"Cuando se trata de la salud del bebé, lo más importante es que uno siga las instrucciones del pediatra", alerta Lisette Beraja, "por ejemplo, hay mamás que están acostumbradas a acostar a los bebés boca abajo porque en Cuba o en Colombia se hacía así, y ahora los estudios han demostrado que debe ser boca arriba para prevenir el síndrome de muerte súbita del bebé (SIDS por sus siglas en inglés)".

¿Abuelos o padres?

Cuando todos comparten un hogar, no siempre es fácil definir hasta qué punto deseas que los abuelos intervengan en la crianza. Como cualquier mamá, vas a tener dudas en relación al cuidado de tu bebito, pero a la vez tienes todo el derecho de arreglártelas por ti misma, si así lo deseas.

Lo que pasa es que muchas veces, cuando los abuelos notan la inseguridad de los padres jóvenes, actúan como si "adoptasen" a la criatura por tratar de solucionar los problemas y ayudar a su hija. No es que eso esté bien o mal, pero la joven mamá tiene que estar consciente de que si permite que los abuelos críen a su hijito, más adelante será muy difícil volver atrás.

Ventajas: mucho apoyo y ayuda para cuidar del bebé

La presencia de tus padres también tiene muchos aspectos positivos. Hay un gran número de adolescentes que sufren de depresión posparto, y el riesgo de tener una depresión podría aumentar si además de ser joven las cosas no van bien con tu pareja, indica un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Cuando las cosas no marchan como esperabas, el apoyo emocional que tus papás te dan es esencial para que superes las dificultades personales y también los desafíos de ser madre.

Otro aspecto positivo de vivir con tus padres o suegros es que tendrás a personas de muchísima confianza con quien dejar a tu bebé cuando tengas que trabajar, estudiar, hacer algún recado o incluso salir de vez en cuando con tus amigas (porque eres mamá, pero ¡sigues siendo joven!).

Los abuelos te dan la tranquilidad de saber que dejas a tu bebé con los mejores "niñeros" del mundo. Ninguna otra persona conoce los gustos y peculiaridades de tu bebé mejor que ellos, y nadie pondrá más interés en su bienestar; por eso, aunque puedan tener diferentes opiniones acerca del cuidado del bebé, trata de solucionarlas con cariño.

Lee nuestros consejos sobre cómo mantener una buena relación con los familiares que cuidan de tu bebé.

Aunque otros cuiden del bebé, tú serás siempre su mamá

Los lazos de unión entre mamá y bebé son muy fuertes, y por más que los abuelos y otras personas te ayuden a cuidarlo, tu pequeñín siempre tendrá una relación muy especial contigo. ¿Logrará distinguirte? "¡Siempre!", asegura la psicóloga Lisette Beraja, "los sonidos de su mamá, el olor de su mamá, los gestos de su mamá...siempre estarán ahí". Una de las mejores maneras de fortalecer el vínculo con tu bebé es a través de la lactancia, algo que sólo tú puedes hacer (además de ser la manera más sana y natural de alimentarlo).

Asimismo, al demostrar que te preocupas por tu bebé, preguntando siempre al llegar a casa cómo le fue el día (a qué jugó y si comió bien, por ejemplo) reforzarás la noción de que tú eres la responsable de su cuidado y quieres seguir de cerca su desarrollo, aunque no puedas estar siempre a su lado.

Aprovecha los momentos que tengas con tu niño. Los especialistas aseguran que es más importante la calidad que la cantidad del tiempo que le dediques. "Cuando llegas a casa, si vas a dedicarle por lo menos media hora completa, positiva, y llena de amor a tu bebé, equivale al día entero que la abuela pasó con él", dice Beraja.

Aprende a través de la experiencia de tus papás

En lo que se refiere a ser padres, tus papás seguramente ya han pasado por situaciones que tú ni siquiera te puedes imaginar, y su experiencia te puede ayudar mucho. Es probable que se asusten menos ante una caída, un corte o una fiebre más alta, y tenerlos a tu lado en ese momento te dejará más tranquila.

Respeta su sabiduría y aprovecha para hacerles muchas preguntas. No sólo les encantará contestarlas y darte su opinión, sino que crecerá el entendimiento y acercamiento entre vosotros.

Para tu bebé, quizás la principal ventaja es que en casa de sus abuelitos tendrá el privilegio de crecer en un ambiente familiar. Esta convivencia con los abuelos le dará no sólo muchísimo cariño y afecto, sino también la oportunidad de aprender desde muy temprano la importancia de los lazos familiares y del respeto hacia las personas mayores.


¿Podré seguir estudiando, ahora que estoy embarazada?

Claro que sí. En primer lugar, es bueno que sepas que tienes derecho a permanecer en tu propia escuela y seguir con tus clases y actividades normales. En Estados Unidos la ley que protege tus derechos de estudiante es conocida como el "Título IX" (Title IX, en inglés). Entre otras cosas, esta ley establece que ninguna institución educacional pública, o que reciba fondos del gobierno, puede discriminarte por estar embarazada.

Además de garantizarte acceso a todos los programas y actividades de tu escuela — deportes, sociedades de honor, concurso de homecoming queen, etc —, esta ley dice que tu escuela debe ofrecerte los mismos privilegios que les ofrece a otros estudiantes con condiciones médicas o discapacidades físicas (tu embarazo es considerado una discapacidad física temporal).

Por ejemplo, si la escuela permite que un estudiante falte un máximo de seis semanas de clases debido a una enfermedad, deben permitirte a ti lo mismo si tu doctor dice que debes guardar descanso por tu embarazo o después de que nazca tu bebé. O sea, tienen que respetar las recomendaciones de tu médico sin penalizarte. Sin embargo, las instituciones educativas privadas que no reciben ninguna clase de ayuda financiera del gobierno federal no están obligadas a obedecer las normas del Título IX. En ese caso, tendrás que descubrir cuál es la política de la escuela.

Además, aunque esta ley haya estado en vigor desde mucho antes de que tú nacieras (1972), hay todavía muchas escuelas que no la cumplen del todo. Por eso es tan importante que conozcas y hagas valer tus derechos. 

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) un promedio de 38% de las mujeres de América Latina y el Caribe se embarazan antes de cumplir los 20 años. Investiga cuáles son las leyes en tu país que protegen tus derechos en el embarazo y también los apoyos que las dependencias de gobierno otorgan en la localidad donde vives.

En México, por ejemplo, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación establece que nadie puede impedir o anular tu derecho a la igualdad de oportunidades por estar embarazada, tienes derecho a permanecer en tu propia escuela y seguir con tus clases y actividades normales.

Busca apoyo en tu casa y en tu escuela

Además de conocer tus derechos, lo que definitivamente necesitarás para completar tus estudios es apoyo, y para conseguirlo, primero tendrás que dar la noticia de que vas a ser mamá. En nuestro artículo sobre cómo contarles a tus padres que estás embarazada te tenemos algunas sugerencias para este momento.

En la escuela, tu "aliado" podría ser un profesor o profesora, tu consejero, la enfermera de la escuela, el profesor de educación física... o cualquier otra persona con quien te sientas a gusto y en quien confíes. Recuerda, sin embargo, que aunque el personal de tu escuela está entrenado para ofrecerte apoyo, y casi siempre lo harán, puede que su reacción inicial no sea muy favorable, o sea que prepárate para escuchar algún "¡no es posible!", o "jamás esperaba eso de ti".

Eso no significa que no estén dispuestos a ayudarte, y seguramente encontrarás más apoyo del que esperabas, dice Jeanne Lindsay, educadora y autora de una serie de libros en español para padres adolescentes. Por eso es bueno que les comuniques a tus profesores que estás embarazada.

La cooperación de tus profesores te será indispensable. Aunque tu embarazo vaya muy bien, vas a faltar varias semanas cuando des a luz a tu pequeño, y tendrás que recuperar lo que has perdido cuando regreses. Imagínate, por ejemplo, que tu fecha de parto sea pocas semanas antes de que se termine el año. Si cuentas con el apoyo de tus maestros, tal vez puedas entregar proyectos o incluso tomar exámenes anticipadamente y no perder ese semestre.

Además, recuerda Lindsay, "puede que la estudiante no aguante estar sentada toda una hora, o que ya no quepa en su escritorio, o que tenga que ir al baño a menudo". Si compartes con tus profesores lo que está pasando en tu vida, lo más probable es que se muestren solidarios, explica ella.

Al hablar con un profesor o consejero también te enterarás de los programas para padres estudiantes que se ofrecen en tu escuela y en tu distrito escolar, como clases de paternidad, grupos de apoyo o guarderías. O llama a la oficina de tu distrito escolar e infórmate de las opciones que hay para estudiantes embarazadas.

Estos programas ofrecen mucha flexibilidad y, lo que es muy importante, el apoyo de otras estudiantes que son o serán mamás, dice Lindsay, por eso vale la pena echarles una mirada y ver si te convienen.

¿No sería mejor dejar mis estudios y regresar cuando el bebé esté mayor?

La verdad es que no. Y en esto todos los especialistas están de acuerdo. Si dejas de estudiar, cuanto más tardes en regresar a clases, menor será la probabilidad de que saques tu diploma.

Según un estudio reciente, aunque el 80 por ciento de las estudiantes latinas dijeron que quieren ir a la universidad y el 98 por ciento quieren terminar la secundaria, la realidad es que el 41 por ciento de las latinas no se graduarán a tiempo con un diploma estándar, muchas debido a un embarazo (según otro estudio, el 53 por ciento de las latinas se embarazan por lo menos una vez antes de cumplir 20 años).

Aprovecha que tendrás en tus brazos la mejor motivación posible y no dejes de invertir en tu educación. "Sé que suena como un disco rayado", dice Patricia Burgueño, coordinadora del Centro para Padres de la escuela secundaria Cleveland High School, en Northridge, California, "pero siempre les digo a las muchachas que lo están haciendo por sus hijos".

Antes de decidir postergar o dejar a un lado tus estudios, o si te está costando mucho asistir a clases, habla con un consejero escolar. Y si ya has dejado de ir a clases, recuerda que siempre estás a tiempo de ponerte en contacto con tu escuela o facultad y buscar la mejor manera de retomar tus estudios.

Cuida bien de tu cuerpo para equilibrar clases y bebé

Mientras estudias, tendrás que ponerle mucha atención a tu alimentación y recibir atención prenatal desde el principio. Puede que faltes a algunas clases debido a los malestares típicos del embarazo y al cansancio, pero con la ayuda de tus compañeros y profesores, podrás recuperar las clases perdidas.

Tu nivel de energía cambiará muchísimo durante el embarazo, así como tu estado de ánimo, por eso no te desanimes y mantente firme en tu propósito de seguir estudiando.

Algunos consejos para las mamás que estudian:

• Descansa cuando puedas. El sueño es una de las marcas registradas del embarazo, y en los días en que te empiece a vencer, trata de aprovechar los intermedios o el horario del almuerzo para cerrar los ojos y echarte una siestecita de 15 minutos. Lee más sobre el descanso durante el embarazo.

• No dejes de hacer ejercicio. Parece increíble, pero la actividad física mejorará tu nivel de energía. Si tu embarazo marcha bien, puedes seguir participando en las clases de educación física (PE), y simplemente adaptar algunas de las actividades que podrían ser peligrosas.

• Evita el café y las sodas. La cafeína en exceso podría robarle hierro a tu organismo y contribuir a la anemia, lo cual no sólo te quitaría las fuerzas, sino que también perjudicaría tu salud y la de tu bebé.

• Concierta tus citas médicas fuera del horario escolar. Reserva las ausencias escolares para cuando nazca tu bebé o realmente te sientas mal.

• Adelanta lo más que puedas tus estudios. Ponte de acuerdo con tus profesores, entrega proyectos por adelantado, o regístrate en un curso de verano (si tu bebé nacerá después de las vacaciones).

• Si estás buscando un colegio o universidad para estudios superiores, elige una de las muchas instituciones que ofrecen guarderías y ayuda financiera.

• Planea estar con tu bebé durante su primer mes y dedicarte por entero a tu nuevo papel de madre. Date un tiempo a ti misma para recuperarte física y emocionalmente.

• A la vez, no pierdas totalmente el contacto con tu escuela. Procura mantenerte al día a través de tus compañeros, comunicándote por email con tus profesores y estudiando en casa dentro de lo posible (investiga la posibilidad de seguir un plan de estudios independientes por el tiempo que te permita tu escuela).

Al mantener este vínculo, no te sentirás tan aislada en un mundo de pañales y disminuirá la preocupación de que te estás quedando atrás en tus estudios. Además, seguramente sentirás menos estrés (que es algo muy común después del parto).

¿Podré amamantar mientras estudio?

La leche materna es el mejor alimento para los bebés. Es tan fuerte y completa que es lo único que tu bebé necesita durante los primeros seis meses de vida. Pero cuando la mamá es muy joven, muchas veces los médicos asumen que ella no va a amamantar y no le ofrecen el apoyo ni la información que necesita. Lo mismo podría pasar en tu escuela.

Por eso, si quieres amamantar a tu bebé y tu escuela no te ofrece muchos recursos para que lo hagas, tal vez puedas seguir dándole el pecho con algunos cambios en tu horario (puedes entrar más tarde o salir más temprano). Otra opción es que la persona que cuide de tu bebito te lo traiga a la hora de la comida (si no hay un local tranquilo, puedes amamantarlo en el auto).

Mira cómo se relacionan los alimentos con la leche maternal

No logro estudiar porque sólo pienso en mi bebé

Es normal que te sientas así (lo mismo les pasa a las mamás que trabajan). A veces no logras concentrarte y te la pasas soñando con su carita, pensando en un nombre para el bebé, cómo vas a decorar su cuarto... O rompiéndote la cabeza tratando de encontrar soluciones: dónde vamos a vivir, nos casamos o no, cómo vamos a comprarle todo lo que necesita...

Y aunque ahora mismo sólo pienses en ser mamá, el tiempo pasará, y dentro de 20 años el estudiante será tu hijito o hijita, y a ti todavía te quedará mucho por vivir. Ser mamá es algo maravilloso, pero piensa que también querrás tener tu carrera. Por eso invierte ahora en tu educación y futuro para luego no tener que volver a empezar.

Si por un lado hoy tienes que llenarte de valor y energía para seguir estudiando, una vez que conquistes tus objetivos y salgas victoriosa, te sentirás más fuerte que nunca, y sabrás que has hecho lo mejor por tu futuro... y también el de quien más quieres: tu bebé.

jQuery Tlacítko na zaciatok by William from Wpromotions.eu
TodoHijos.Chile
Todos los derechos reservados 2018
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar